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Entrevista con María Zabala: aprender a vivir CON y SIN tecnología

EDUCACIÓN

Hablamos con María Zabala, consultora de comunicación especializada en Ética y Ciudadanía digitales, y experta en educación digital

María Zabala, nacida en Madrid en 1975, es periodista y autora del libro “Ser padres en la era digital”. Su labor se extiende a colaboraciones con familias, instituciones educativas, empresas y sector público, desarrollando iniciativas de cultura digital e impartiendo talleres y conferencias. Además, es la mente creativa detrás de iWomanish, una plataforma dedicada a fomentar una convivencia responsable e informada en el uso de la tecnología, compartiendo valiosa información al respecto.

Autor: Maleni Muñoz

20 de noviembre de 2023

2 min de lectura

A continuación ofrecemos una entrevista con ella, aprovechando la actualidad de noticias que se han publicado últimamente en la prensa en relación con la tecnología, menores y su uso en educación.

María, ¿cómo describirías la dinámica actual entre la educación y la tecnología?

Durante los últimos meses se está intensificando el debate social en todo lo que tiene que ver con educación y tecnología. Tanto en el ámbito doméstico o familiar como en el escolar. En el aspecto concreto de los centros educativos, parte de ese debate reclama la regulación del uso de dispositivos personales en entornos educativos -lo cual es legítimo y de hecho existe en la mayoría de centros aunque no haya leyes que lo dictaminen-. El problema es que esa reclamación a veces se confunde con pedir que se retiren todas las pantallas de las escuelas, en línea con mensajes que, amparados en el supuesto impacto negativo de la tecnología sobre el aprendizaje, aspiran a volver al papel, al lápiz y a la infancia-adolescencia de antaño. Una cosa son los dispositivos personales y otra cosa son las metodologías didácticas. Y ahí está la clave, según la UNESCO: en potenciar que la tecnología se utilice en la enseñanza de acuerdo a parámetros de pertinencia, equidad, sostenbilidad y escalabilidad. No se trata de aplicar tecnología porque sí, para ser más modernos, sino de aprovecharla en el marco de un beneficio real para los docentes y los estudiantes.

¿Has notado un retraso general en la implementación de proyectos tecnológicos en diferentes centros educativos?

No exactamente. Es cierto que, en los últimos años, se ha producido una implantación masiva de proyectos de tecnología educativa, y no siempre con base pedagógica o metodológica. En reacción, son muchos los centros escolares que están replanteando la manera en que introducen tecnología en la enseñanza, bien por la metodología, bien por la formación en competencias, bien por la integración eficaz en currículos. Insisto: replantear es un acierto, como lo es aprender de aciertos y errores, pero retrasar la tecnología o eliminarla de la enseñanza son medidas igual de cortoplacistas e infaces que introducirla sin estrategia o base pedagógica. Lo que necesitamos es pensar en qué tecnología se utiliza, cuándo, por qué y para qué.

¿Qué importancia tiene el momento y el propósito detrás del uso de la tecnología en la enseñanza?

Para mí son conceptos claves, fundamentales. Exactamente igual que si habláramos de un libro de texto, una excursión a un museo, la lectura de un clásico o cualquier tarea o actividad asociadas a lo que se esté aprendiendo en clase. No se hace lo mismo en todos los cursos y no se hace de manera desordeada, sino de acuerdo a una programación y a un conocimiento sobre el desarrollo del aprendizaje. Igual que sucede en el hogar, recurrir a las pantallas de cualquier manera o por cualquier motivo es muy mala opción. Lo que ofrece el mundo digital a nuestros hijos o alumnos debe aprovecharse en línea con lo que estén viviendo en el mundo no digital. En el marco de las aulas, los problemas que enfrentan los alumnos no pueden ser atribuidos únicamente al uso de pantallas; es una combinación compleja que involucra metodología educativa, intención detrás del uso de la tecnología y otros factores del entorno escolar y social. En todo caso, niños y adolescentes necesitan aprender no solo con tecnología y no solo sin tecnología, sino ‘con’ y ‘sin’.

¿Cuál es tu opinión sobre el impacto de las pantallas en el aprendizaje de los alumnos?

Los estudios publicados son muy diversos, en ocasiones contradictorios en sus conclusiones y muy en función de su metodología, su orientación y la propia interpretación de los autores. La evidencia científica, hoy por hoy, no habla de causa-efecto, sino de asociaciones… y no siempre. Es decir, hay una percepción de problemas de atención, memoria, conducta… y se culpa a las pantallas por la sobreestimulación o distracción que ofrecen. Pero me temo que aún es pronto para concluir algo diferente a que las pantallas son cómplices, pero no únicas culpables. Nuestros alumnos no serán más listos por el hecho de estudiar con tablets, pero sí parece, a tenor de la evidencia, que cuando se recurre a la tecnología dentro de un proyecto educativo pensado y estructurado… se asocian a beneficios al aprendizaje de los alumnos. Son muy relevantes factores como la edad de los menores, su formación, el tipo de dispositivo, el tipo de uso, la formación del docente… En conclusión: la tecnología no es promesa, en sí misma, de algo bueno o malo en cuanto al aprendizaje. El resultado final depende de muchas cosas.

¿Cómo deberíamos abordar la presencia de la tecnología en la vida de los niños y adolescentes?

Como ya he comentado, es esencial que los niños y adolescentes aprendan a vivir tanto con como sintecnología. La clave radica en encontrar un equilibrio adecuado. No se trata solo de utilizar o evitar la tecnología, sino de enseñarles cómo integrarla en su vida diaria, tanto en el ámbito educativo como en el tiempo de ocio o socialización. El papel de los padres es clave, especialmente en lo que tiene que ver con facilitar un acceso gradual y una autonomía progresiva. Poco a poco, con implicación material -qué tecnología ponemos en sus manos-, implicación funcional -cómo la configuramos y qué tipo de actividades digitales favorecemos- e implicación experiencial -qué ejemplo damos, cómo hablamos de tecnología en casa, cómo compartimos con nuestros hijos las experiencias que viven a través del uso de productos o servicios digitales-.

¿Cuál crees que es el aspecto más crucial al considerar la tecnología en la educación?

Nuestros hijos, igual que nosotros, son ciudadanos con derechos y deberes. Tal y como señala la Observación General Núm. 25 de las Naciones Unidas, tienen derecho al ocio, al aprendizaje, a la socialización… a través también de la tecnología, siempre que se salvaguarden su seguridad e integridad. Y aquí está el matiz, en la dificultad de conseguirlo, porque depende de empresas tecnológicas, normativas, agentes sociales de todo tipo, comunidad educativa… y familias. Quizá lo más crucial es asumir que, además de proteger a niños y adolescentes de los peligros de la tecnología digital, necesitamos favorecer que accedan a ese mundo de la forma más positiva posible.

Por último, ¿nos resumes en un buen titular para publicar esta entrevista?

Aquí lo tienes: nuestros hijos y alumnos tienen que aprender a vivir CON y SIN tecnología. CON y SIN. No solo CON. No solo SIN.

¿Cómo gestionarías la discrepancia entre los titulares alarmantes que a veces vemos en la prensa y la realidad sobre la tecnología en la educación?

Respirando dos veces y recordando que los extremos nunca valen para mucho y además suelen faltar a la verdad. La tecnología digital no es inocua, pero tampoco es apocalíptica. Los primeros que tenemos que aprender a no creerlo todo somos los adultos, precisamente para dar ejemplo de ese famoso pensamiento crítico que queremos que desarrollen los menores. Y el problema es que unos y otros tendemos a creernos lo que queremos creernos, lo que ya pensamos. Y por eso los extremos encuentran su audiencia. Así que respirar dos veces, buscar información rigurosa y recordar que la salud, el aprendizaje y la seguridad de nuestros hijos y alumnos no dependen de una sola cosa.

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Preguntas frecuentes

¿Qué nos identifica en el Colegio Arenales Carabanchel?

Somos un colegio que pertenece a la Red Educativa Arenales. Aquí buscamos la excelencia académica, pero también la humana, porque una buena persona suele ser un buen profesional. Por eso el respeto a los demás, a uno mismo, el trabajo bien hecho, son valores humanos y cristianos que inculcamos en nuestros alumnos de la mano de sus padres. Tenemos el ambicioso objetivo de servir a la sociedad, a las familias y a los alumnos.

¿Qué aporta que el colegio Arenales Carabanchel pertenezca a Arenales Red Educativa?

Arenales Carabanchel es un colegio de la Red Educativa Arenales. En estos momentos la red la componen más de 28 centros educativos distribuidos por todo el mundo. Todos ellos asumen un modelo de competencias y valores llamado IAM (Innovación, Autonomía, Mentoring). Así como incorpora el código de buenas prácticas, el reglamento de régimen interno y el plan de igualdad. Todos ellos documentos que tienen su origen en años de experiencia y buscan garantizar la equidad, la inclusión y la igualdad.

¿Qué es el modelo IAM?

IAM es un programa de transformación con el que buscamos ser centros educativos de vanguardia en el siglo XXI. Este programa se divide en tres grandes ejes: Innovación: buscamos ser una organización abierta y en permanente comunicación con el mundo en el que vivimos. Autonomía: ayudamos a cada uno de nuestros alumnos a tomar las riendas de su vida, a ser personas autónomas. Mentoring: cada uno es protagonista de su propia educación y, a la vez, colabora de las de los demás.

¿Cómo se aplica el programa IAM en el colegio Arenales Carabanchel?

Innovación: A través de la iniciativa iPad se consigue la integración de la tecnología en la educación. Así como plan de desarrollo de currículo digital ”Mobile Learning” a lo largo de todas las etapas. Autonomía: Fomentamos la educación en soft skills: el desarrollo de la oratoria, capacidad de liderazgo, desarrollo del pensamiento emocional, pensamiento creativo y primeros auxilios etc. Mentoring: A través de las tutorías personales entre el profesor y el alumno, para ayudarle a que se conozca mejor, para desarrollar las habilidades sociales, para sacar partido a sus talentos, para que forje su autoestima, y que autónomamente sea feliz.

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