¿Qué es lo que te aportó tu paso por el colegio?
Antes de empezar el Grado Superior en Educación Infantil yo ya tenía claro que aquello a lo que me quería dedicar durante toda mi vida era ser educadora infantil y al hacer las practicas lo reafirmé. Además, tuve la oportunidad de llevar a cabo dichas prácticas en una escuela en Dublín, lo que me permitió aprender otra forma de realizar las clases, actividades, dinámicas…
Hoy en día tengo clara una frase que va a estar conmigo siempre, y es que, un docente nunca para de formarse para dar lo mejor a sus alumnos. Y viendo que es a lo que me quiero dedicar, decidí matricularme en la universidad en el Grado en Magisterio de Educación Infantil.
Este año he tenido la oportunidad de hacer las prácticas en Arenales Carabanchel, el colegio donde un día fui alumna, y me ha hecho darme cuenta de muchas cosas que antes ignoraba o de las que no era consciente; el trabajo que hay detrás de una clase, el cariño que se pone en cada alumno, reencontrarme con mis profesores ha sido genial.
He realizado las prácticas en una de las clases de Tercero de Infantil junto a una tutora increíble, Miriam Capapé, implicada en cada uno de sus alumnos, dinámica, volcada en el día a día, trabajadora, organizada, y que me ha ayudado mucho durante las cuatro semanas que he estado. Desde el minuto uno ha estado ahí para lo que necesitase y la verdad es que crear ese nivel de confianza y ese ambiente de clase ha sido muy gratificante porque me he sentido como una segunda profesora y no como una estudiante en prácticas. Me ha ayudado mucho tanto a nivel profesional como personal.
Me ha encantado ver la evolución de cada uno de los niños y niñas de la clase en la que he estado, ha sido muy gratificante y un privilegio formar parte de su desarrollo durante estas cuatro semanas.
¿Qué es lo que más te marcó durante el transcurso de Bachillerato?
Mi paso por Bachillerato no fue un camino de rosas, repetí primero. Fue bastante duro, tenía clara la profesión a la que me quería dedicar, pero viendo las barreras que iban apareciendo en el camino estuve a punto de dejarlo.
Tengo claro que hoy en día cuento con el título de Bachillerato por meter en mi cabeza que la palabra rendirse no era una opción. Con el apoyo de mi familia, mis profesores y mi tutora personal, María Ivorra, pude superar esas barreras que me impedían llegar a mi objetivo (tener el Bachillerato).
El que me ocurriera esto me hizo darme cuenta de que si no lo consigues a la primera no significa que seas una perdedora, ahora mismo sé que soy capaz de afrontar todos los retos que se presenten con una buena actitud y esfuerzo.
¿Qué esperas del futuro, Patricia?
Aplicar todo lo aprendido durante todos estos años, ser una gran educadora que pueda aportar y formar a sus alumnos en unos valores, poder formar parte de la evolución de cada uno de los niños y niñas, aumentar su autonomía y confianza, ayudar a los niños a ser unas grandes personas el día de mañana.
¿Cómo dirías que has aplicado lo aprendido en el colegio a tu vida profesional o personal?
A día de hoy me he dado cuenta de que este colegio me ha enseñado muchas cosas durante mi estancia. Pero tengo tres frases que ahora mismo las llevo de la mano: “Si no sale a la primera no hay porque dejar de luchar”, “Todo esfuerzo tiene su recompensa” y “El que la sigue la consigue”.