Hace una semana estábamos inmersos en el viaje de formación que tan divertido fue. Nuestra aventura comenzó en Alba de Tormes, donde se nos encomendó a un compañero al que acercarse y cuidar hasta que volviéramos. Después de pasear por la villa y admirarse por la arquitectura rural, jugamos a «Rommel y Montgomery»… ¡Nos lo pasamos genial! Tras esto, nos fuimos a Salamanca a acomodarnos y cenar.
En la mañana del jueves paseamos por Salamanca, visitando la Casa Lis, un museo de art decó y nouveau, donde pudimos disfrutar de una exposición de obras de Dalí. De allí fuimos a admirar las dos catedrales de la ciudad, admirando las vidrieras y la altura de sus bóvedas. Como el tiempo no acompañaba, volvimos al alojamiento, haciendo una parada en un centro comercial en el que resguardarnos mientras llovía. La formación la realizamos en el alojamiento, sensibilizándonos en que las etiquetas que nos suelen y nos solemos poner no tienen que definirnos. Después de la cena, ¡talent show! Nuestros compañeros hicieron gala de sus habilidades con espectáculos de teatro, baile e, incluso magia.
El viernes por la mañana recogimos todo por que nos teníamos que ir. Dejamos las maletas en la recepción y volvimos a Salamanca a visitar la universidad, un lugar increíble de estilo barroco. Después volvimos a la residencia a por las maletas, cogimos el autocar que nos llevó a la pista de karts, donde hicimos unas carreras alucinantes. después de la actividad, nos montamos en el autobús y volvimos a Madrid.
¡Fue un viaje increíble!